Cosas de niños


Dibujo pepo


Muchas veces hablamos a los niños como si fueran tontos o directamente infravaloramos su inteligencia y comprensión del mundo que les rodea... una vez más, #BabyPepo con solo 5 años me ha enseñado que aunque las cosas duelan, las puede entender.

El viernes la abuela nos dejó para descansar y cuidarnos desde el cielo. Al mayor se lo dije en cuanto pude porque ya con 14 años puede a expresar sus sentimientos... aunque en un principio no lloró, una situación tonta le hizo romperse y soltar su dolor. Ella no era su abuela, pero desde el primer día le acogió como un nieto más, y supo darle su cariño; un cariño que era recíproco.

Aunque los pequeños vieron movimiento de gente, no preguntaron, lo vieron como algo normal, como yo trabajaba al día siguiente, pensaron que papá no podía cuidarles y que por eso venían los otros abuelos. 

El sábado nos despedimos de ella y volvimos a casa, no nos dijeron nada, sólo nos contaron su día como hubieran hecho en cualquier otro momento... Al día siguiente, salimos a pasear para desconectar un poco y también así cansarlos para poder echarles un poco de siesta. Vano intento, porque aunque cansados, allí no se echó la siesta ni el apuntador. A la hora del café, vino el abuelo con la tía, y mientras el papá y yo hacíamos los cafés, oímos como #BabyPepo le decía al abuelo: ¿quien se ha quedado a cuidar de la abuela en el hospital? Tierra trágame!!! El abuelo roto de dolor y el peque esperando su respuesta.

En ese momento, muy tranquilos le llamamos y le dijimos que que había preguntado, y nos volvió a formular la pregunta. Nosotros nos miramos y estuvimos de acuerdo que debíamos contárselo. Fue el papá quien le dijo que  la abuela estaba malita y que no había podido curarse. No hizo falta pronunciar la palabra muerte, porque el peque comenzó a llorar desconsoladamente, un lloro que me rompió por dentro y que me obligó a girarme y seguir preparando la merienda para que el no me viera. Después de pasados 5 minutos conseguimos tranquilizar a #BabyPepo prometiéndole que por la noche, buscaríamos la estrella que mejor se viera desde su ventana y que allí estaría la abuela cuidándonos. Eso además de calmarle, le sacó una sonrisa de felicidad. Nos abrazo y nos dio un beso con un “te quiero”; después hizo lo mismo con el abuelo.

Y ahora, ese giro que nunca te esperas en los niños y que te rompe... fue a #BabyCoco de 3 años, la dijo: siéntate que no sabes una cosa y te la tengo que contar yo. La peque le hizo caso y escucho lo que su hermano tenía que decirla. “ La abuela ha subido al cielo a cuidarnos” y en ese momento ella le respondió “¿y cuando vamos a ir a verla?”, no se lo que le dijo porque no lo oímos, pero se levantaron y siguieron jugando y merendando como si no hubiese pasado nada. 

Ya por la noche, vi como Pablo miraba por la ventana y decía adiós con su mano en el cristal... 

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